
Los primeros casos de neumonía por un nuevo coronavirus, hoy denominado SARS-CoV-2, y su entidad nosológica COVID-19, se reportaron en Wuhan, China, a finales de 2019. Adquirió rápidamente el título de pandemia por su distribución por el globo terráqueo en cuestión de días, actualmente ha llegado a afectar a más de 20 millones de personas en 188 países y con casi 800,000 defunciones, siendo una enfermedad aún sin un tratamiento específico y sin una vacuna que asegure inmunidad. Siendo una enfermedad nueva, emparentada con los coronavirus pandémicos SARS-CoV-1 y MERS CoV, que condicionan cuadros neumónicos graves con insuficiencia respiratoria aguda y elevada mortalidad, la preocupación mundial fue tener un tratamiento efectivo contra dichas manifestaciones intentando evitar la mayor morbilidad y mortalidad posibles.