Introducción: El envejecimiento poblacional implica aumento de las demandas de atención sanitaria. La fragilidad es un paso previo a la discapacidad, que ocasiona un deterioro en la calidad de vida tanto en las personas que la padecen como en los encargados de su cuidado. Objetivo: Determinar la relación entre el síndrome de fragilidad en el adulto mayor con la sobrecarga del cuidador primario. Material y método: Estudio observacional, analítico. Incluyó 145 adultos mayores con cuidador primario, excluyéndose aquellos con deterioro cognitivo o discapacidad física severa. Previa autorización por el Comité Local de Investigación y firma de consentimiento, se interrogaron datos generales, se aplicó la escala Ensrud para evaluar fragilidad en el adulto mayor y la escala Zarit abreviada para sobrecarga del cuidador, en forma independiente. Se realizó un análisis descriptivo, chi cuadrada, U de Mann-Whitney, Kruskal-Wallis y correlación de Spearman, con el programa estadístico SPSS versión 22, considerando diferencia significativa un valor de p < 0.05. Resultados: El 61.4% de los adultos mayores fueron mujeres, de edad 77 ± 7 años, el 59% casados, el 70% con antecedente de enfermedad crónica degenerativa, el 28% se clasificaron como frágiles y el 50% como prefrágiles. El sexo, la edad, la escolaridad y las comorbilidades se correlacionaron con la presencia de fragilidad. El 70% de los cuidadores fueron mujeres, de edad 52 ± 15 años, el 64% casados, el 41% con sobrecarga intensa; ninguna variable se asoció con desgaste Conclusión: El nivel de sobrecarga del cuidador tuvo una correlación positiva moderada con la fragilidad en el adulto mayor.