El cáncer gástrico (CG) ocupa el quinto lugar en incidencia y cuarto como causa de muerte por cáncer en el mundo. El CG tiene un origen multifactorial: dieta, estilo de vida, genética, factores socioeconómicos y se ha observado que el 80 % de los casos de CG de tipo intestinal se asociacian con la infección previa de Helicobacter pylori. Dentro de la patogénesis molecular, se ven involucrados los cambios en el perfil de expresión de los microRNAs. El estudio de la relación de los microRNAs y el cáncer es un proceso complejo, a causa de dos variantes: la diversidad genética de las células implicadas y la desregulación de diversos microRNAs en el tumor. Sin embargo, en diversos estudios, se describe su participación en varios tipos de cáncer, mediante la regulación de oncogenes y genes supresores de tumor. La creciente tasa de incidencia de CG muestra que, a pesar de los esfuerzos realizados a la fecha, existe una necesidad urgente de desarrollar nuevos métodos que permitan detectar este padecimiento en etapas tempranas, empleando técnicas poco invasivas, con una alta sensibilidad y especificidad. Se ha demostrado en diversos estudios que, los microRNAs son moléculas muy específicas, sensibles y altamente estables en plasma/suero, al evadir la actividad de la RNasa, debido a su empaquetamiento en exosomas y cuerpos apoptóticos y su capacidad de formar complejos con lipoproteínas y proteínas de unión. Aunado a esto, como se ha descrito anteriormente, poseen diferentes patrones de expresión en tejidos cancerosos y en tejidos no cancerosos, lo cual, los hace candidatos para emplearse como marcadores.